Sé que la mayoría de las cosas que escribo o escribiré
estarán en el contexto de un viaje en bus y es que las cosas más extrañas y
divertidas suceden allí, en mi viaje de camino a casa.
Aquel muchacho que iba de pie, de repente sacó su celular y audífonos
y se dispuso a escuchar música. No paso mucho tiempo para que se olvidara del
resto del mundo. Comenzó entonces a mover su cabeza y a tararear bajo. Luego
empezó a mover el pie como para marcar el ritmo, y continuaba moviendo su
cabeza. Cerró los ojos y pasó el resto de mi viaje a casa prácticamente
bailando la música que escuchaba. Como de costumbre el bus iba lleno y todos el
que lo veía lo miraba como bicho raro. Yo, quería reírme, pero entonces el
bicho raro sería yo.
Otro día, un muchacho sentado a mi lado ya estaba escuchando
música, todo iba normal hasta que empezó a hablar bajo. Parecía que rapeaba
pero sin ningún ritmo. No se le entendía nada lo cual le hacía parecer un
chaman diciendo de sus más extensas oraciones. Otra vez debí soportar las ganas
de reírme.
Sé que esto no es ajeno a ustedes y pueden comprender perfectamente
a lo que me refiero. Y si tú eres uno de los que escucha música mientras va en
el bus debes estar diciendo: “Yo no hago eso, que loco”. Pues te digo SI LO
HACES, pero no te das cuenta. Amigo de los audífonos…amigo de los audífonos…AMIGO
DE LOS AUDÍFONOS! En fin, se feliz y canta y baila lo que quieras.
Katika ^o^
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